miércoles, 5 de marzo de 2008

Más mecanismos de defensa: Neurosis (VI)

Recuerdo que son instrumentos mediantes los cuales el Yo difumina, disfraza u oculta el fundamento último de las tensiones que no puede soportar. Algunos son positivos, en particular la sublimación y la racionalización, pero la mayoría impiden enfrentarse cara a cara con los problemas que generan la tensión.

Ascetismo
Es la renuncia a la satisfacción de las necesidades, se ha puesto nuevamente de actualidad con la anorexia. Se puede localizar en adolescentes amenazadas (por ser más frecuente en mujeres) por sus deseos sexuales, que se protegen negándolos con todos sus deseos. Como ascetas renuncian a cualquier interés sobre lo que los demás se interesan.

Aislamiento (también llamado intelectualización)

Consiste en separar la emoción (esfera afectiva) de un recuerdo doloroso (esfera cognoscitiva) o de un impulso amenazante. Algo que puede considerarse importante, sencillamente se trata como si no lo fuera. La persona puede reconocer, de forma muy sutil, que ha sido abusada de pequeña, o puede demostrar una curiosidad intelectual sobre su orientación sexual recién descubierta. Mediante el aislamiento un hecho, una idea, una impresión, intolerable para el sujeto, es sacado de su contexto.

Desplazamiento

Es la “redirección” de un impulso hacia otra diana más aceptable, que lo sustituya. Si un impulso o deseo que vemos en nosotros, se refiere a una persona que no lo acepta pero que puede destruirnos, se desvía hacia otra persona u objeto simbólico. Por ejemplo, alguien que quiere “matar al padre” puede desplazar ese odio hacia la autoridad en general. Una persona incómoda con sus deseos sexuales hacia alguien, puede derivar este deseo a un fetiche. Alguien frustrado por sus superiores establece discusiones insensatas con sus amigos.

Formación reactiva

O “creencia en lo opuesto”, de acuerdo con Anna Freud, es el cambio de un impulso inaceptable por su contrario. Un niño enfadado con su madre, puede comportarse como muy preocupado por ella y demostrarle mucho cariño. Alguien que no acepta un impulso homosexual que observa en su persona, repudia y persigue a los homosexuales. El Síndrome de Estocolmo tiene algo de formación reactiva. Una formación reactiva lleva al yo a efectuar algo totalmente opuesto a las tendencias del Ello que se quiere rechazar. La persona que elabora formaciones reactivas modifica la estructura de su Yo como si el peligro estuviera siempre presente, desarrollando rasgos caracterológicos que no son completamente efectivos para él.

Identificación

Es el mecanismo que induce a un sujeto a comportarse, pensar y sentir como otro que actúa como su modelo. La identificacion introyectiva comprende la adquisición o atribución de características de otra persona como si fueran de uno, puesto que hacerlo, resuelve algunas dificultades emocionales. Los adolescentes se identifican con sus ídolos deportivos o musicales, pretendiendo ser como ellos para lograr establecer una identidad. Para Freud el mecanismo de identificación con los padres (con la autoridad en el planteamiento culturalista) es el que desarrolla el Super-yo.
La identificación con el agresor se centra en la adopción de rasgos negativos. Si uno está asustado con respecto a alguien, me convierto parcialmente en él para eliminar el miedo. De nuevo nos acordamos del síndrome de Estocolmo.

Idealización

La idealización tiene como resultado ocultar lo “negativo” percibido en el objeto del deseo (fealdad, peligro procedente de un objeto peligroso e indeseable) recubriéndolo de 'bondad' (amor, invulnerabilidad, poderes mágicos, poder omnipotente de protección, etc.). Un cierto monto de idealización es propio de la vida adulta (enamoramiento, ideales de vida).
El cuanto de idealización está en relación directa con el cuanto de peligro o persecución provenga del objeto de deseo. Es una defensa aplicada a ansiedades persecutorias (temor a ser atacado y destruído por el objeto). El niño castigado idealiza a su padre.

EN RESUMEN.

Los mecanismos de defensa ayudan porque alivian, indudablemente, pero si sustituyen el enfrentamiento directo con las tensiones, impiden el desarrollo del Yo adulto, son antieconómicas, y hay que desmontarlas en el proceso terapéutico.

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