lunes, 11 de febrero de 2008

D

El post anterior tenía como objetivo el hacer más objetiva la siguiente reflexión sobre las propuestas programáticas del Partido Popular sobre la inmigración y lo peligroso que puede resultar una comunicación desacertada, por demagógica y prejuiciosa. En esta ocasión vamos a tirar por el testimonio de alguien a quien queremos y apreciamos, aunque sin la intención de generalizar, pero para que sirva de ejemplo. D es una mujer de mediana edad de un país de Europa del este que, después de verse en la calle por que un neanderthal dejó de considerarla útil, intentó buscar suerte en nuestro país. Cuando la conocimos, presentada por otro neanderthal, ya pudimos entender que D estaba hecha para resistir, podía con todo, incluso con los neanderthales (alguno más quedaba, y queda, por venir). Al cabo del tiempo, y apremiada por las circunstancias, D nos ofreció sus servicios como limpiadora, a lo que no pudimos negarnos, por un lado, por la grandísima necesidad de limpieza en nuestro entorno, siempre creativo, y por que, para entonces, D ya era nuestra amiga. El tiempo quiso que esa amistad se convirtiera en dependencia. El día que no veíamos a D, todo estaba desordenado. Poco a poco, D fue convirtiéndose en alguien fundamental en el Taller de Ideas pero también en nuestros hogares y en los de muchos de nuestros amigos. D nos demostró que era de total confianza día a día. Nos apabullo con su honestidad y con su compromiso, pero sobre todo con su capacidad de sufrimiento. Afortunadamente, todo eso se vió recompensado el día que a un "iluminado" le dió por regularizar a todos los inmigrantes en España. Conseguimos que D logrará la residencia lo que supuso seguridad jurídica para todos, para nosotros como contratadores y para D como trabajadora. D pasó a ser una ciudadana más, como cualquiera de nosotros, y nos gustaría que así siguiera por eso nos resultaron tan dolorosas las declaraciones de varios miembros del PP al respecto de la inmigración. Según ellos, los inmigrantes tienen que cumplir las costumbres de los españoles. Ahora, ¿cómo le explicamos a D, que no nos puede reñir más por que somos unos cerdos y unos desordenados, y que la cerda y la desordenada es ella, por sus malas y extranjeras costumbres? Menos mal que D no lee los periódicos españoles y no se entera demasiado de estas cosas por que, de lo contrario, se nos caería la cara de vergüenza intentando explicar que los neanderthales que han dicho estas cosas ya son conocidos por ella pero en otras circunstancias. Pero claro, a esto tenemos que unir una desagradable experiencia que pasamos junto a D. Hace algo más de un año, D consiguió traer a su hija pequeña de su país. Otra sinpapeles, claro. En este caso menor de edad, pero igual de desarraigada. Un día su hija se puso mala. Muy mala. Cuando le recomendamos a D que fuese al servicio de urgencias del hospital más cercano, nunca nos imaginamos lo que iba a suceder después. En dicho hospital, algún demente, muy empapado de este tipo de ideológia neoliberal sobre la inmigración, responsable de las entradas de nuevos pacientes, mandó a D y a su hija enferma a cualquier otro sitio menos a ese hospital. Lo que ese funcionario olvidó es que, en el caso de los menores, sean inmigrantes o no, la Ley española lo deja clarísimo: tienen TODO el derecho a ser atendidos, ya que así se obligó nuestro país tras la ratificación de la Declaración de derechos del niño. Después de un par de días de mucho dolor y nervios para D y para su hija, pudimos lograr que alguien les atendiera y consiguieron un tratamiento que tuvo éxito. Y ahora nos llega D. Mariano y dice que quiere que todos los inmigrantes cumplan con las leyes y "costumbres" (no sabemos muy bien que es eso de costumbre, y mucho menos si existe una costumbre que pudieramos llamar española) de nuestro país. Eso está bien, pero mejor estaría que funcionarios desalmados como el que atendió a D y a su hija, cumplieran con esa misma ley. También sería muy interesante que los 17 alcaldes de la Comunidad de Murcia (solo tiene 46 municipios), miembros todos ellos del PP, devuelvan todo lo que han robado y empiecen también a cumplir con la ley española. El problema de todo esto es que no es broma y, creemos que, por mucho que se puedan ganar votos con estos temas, nuestros políticos deberían valorar que en algunas declaraciones que hacen, ponen la vida de otros seres humanos en serio peligro y generan una profundísima vergüenza y un tremendo malestar en algunos de nosotros. Mal karma. Esperemos que eso quite votos. ^ ^

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