miércoles, 9 de enero de 2008

Los "realities", ¿sectas modernas?

Los reality show tienen múltiples formatos, no son todos iguales, pero algunos traspasan al mismo tiempo los límites de lo políticamente correcto, de lo moralmente dudoso y de lo indiscutiblemente saludable. ¡Vaya! que son inaceptables de todo punto. Pero lo que nosotros queremos destacar es que algunos son tan insalubres que llevan al suicidio o atentan contra la salud mental. Hemos visto de todo. En uno de ellos, made in USA, se utilizaba un reputado modelo bisexual, Tila, de 25 años que escogía partenaire entre 16 hombres heterosexuales y 16 mujeres lesbianas. Tila se pasaba por el aro a los concursantes, que luchaban por llegar a la final. "Cada semana os voy a dar una patada en el culo hasta que el hombre o la mujer ideal sean los únicos que queden en pie", dijo en el primer episodio, en el que los candidatos conocieron la condición sexual de la protagonista. En otro show, 12 candidatas aspiraban a convertirse en “pornoestrellas”, compitiendo en distintas pruebas para llegar a serlo. Las participantes desarrollaban las pruebas del concurso encerradas en una casa de Los Ángeles para demostrar quien era la mejor en striptease, lap dance, sexo… y así convertirse en una “pornstar” de primera categoría.

No sabemos si es más imaginativo o menos que los anteriores, pero el último que se anuncia por Kevin Blatt, creador de la cinta pornográfica de Paris Hilton, seleccionará una mujer dispuesta a dejar de ser virgen a favor de un actor del porno. 'Virgin Territory' no tiene fecha confirmada de estreno ni canal para su emisión, aunque debido a sus características acabará muy probablemente en un canal de pago.

En esta materia también puede regir el principio que afirma el derecho a hacer con el cuerpo lo que cada quien quiera, pero entendemos que no rige el de proponerlo como modelo, si bien siempre habrá quien diga que el interruptor está cerca. Alguna limitación, aunque no sea más que la horaria, no estaría de más por higiene mental.

De programas de realidad locales tenemos en Cuatro, que va de progre, un ejemplo de promoción de la salud mental a manos llenas. Su objetivo es, en cada edición anual, encontrar a la representante española para el concurso New Look of the Year. La ganadora tiene la posibilidad de medirse con las mejores modelos de todo el mundo, y por lo tanto desarrollar una larga y exitosa carrera en el sector de la moda al más alto nivel. En otras palabras solucionar su vida para siempre con un esfuerzo limitado en el tiempo, no el que se necesita para obtener una licenciatura o un puesto en la Administración, y además diez veces mejor pagado. Adicionalmente se ofrece para la formación (seis meses) de las concursantes, la colaboración de grandes profesionales de la moda, que permite a las aspirantes a modelo desfilar con las creaciones de su última colección. Pigmalion, Cenicienta y Julie Christie en una sola tacada. Para ello las participantes permanecen cuatro días a la semana- de lunes a jueves-, en un denominado Centro de Alto Rendimiento, donde se someten a los consejos de prestigiosos profesores de estilismo dirigidos por Cristina Rodríguez, que como Directora del Centro, aconseja a las chicas con recomendaciones medidas y estimulantes con vistas a su desarrollo personal y su futuro profesional.

¿Qué no se lo creen? Pues vean ese vídeo paradigmático. O mejor vean estos dos.




No me sean críticos: si algunas chavalitas llenas de ilusiones e ingenuas hasta las cachas quieren entrar en una secta, son libres de hacerlo. ¿O no? La fusta de la Directora no las obliga, y los comentarios de un estilista listo no las empuja. Nadie impone a una joven fóbica fotografiarse rodeada de los objetos productores de su ansiedad. No es obligado convertirse en Sansona “pelats” a ninguna participante orgullosa de su cabellera. Sólo es la condición para seguir en la secta, si lo quieres lo tomas... Cierto que podrían haberlas preguntado si querían entrar en la secta, porque esas eran las condiciones que les planteaban desde el principio: ¿sabes que tendrás que aceptar humillaciones, reproches injustos y violaciones a tu personalidad? ¿Sabes qué habrás de aceptar el juicio de unos superiores jerárquicos/jurados que ejercen de intocables y de impúdicos inquisidores? Pues si lo sabes, ¡entra en la secta! Y no te quejes más, al fin y al cabo lo haces por dinero. Después la frustración por tu eliminación, la culpabilidad al hacerse pública tu vida secreta o la vergüenza por no ser como las demás… son cosa tuya. Y si te suicidas, pues… accidente de trabajo. Denunciamos estas formas de poner el éxito al alcance de la mano, sometiéndose a la tiranía de la audiencia voyerista. La lotería y las quinielas son menos tóxicas y no generan conductas insalubres. Denunciamos la sádica condición de agredir, juzgar por qué no deben seguir, a las otras para salvar mi permanencia. Las confesiones públicas son menos tóxicas y no generan conductas insalubres. Denunciamos, en fin, que se propongan como modelos a imitar conductas que excepcionalmente llevarán al éxito. Animar a todos a llegar al mismo mediante el trabajo continuado es más saludable. Afirmamos.

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