lunes, 19 de mayo de 2008

Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA)

Este post se escribe y cuelga entre el 29 de Abril, día de Santa Catalina de Siena (Doctora de la Iglesia) y el 22 de junio día de Santa Verónica Giuliani. Ambas santas anoréxicas o anoréxicas santas. También lo fue Santa Wilgefortis (Santa Liberata) y probablemente Santa Teresa de Ávila, quién con una rama de olivo se inducía el vómito. Antes, mucho antes, la ingesta masiva y purga para seguir comiendo eran costumbres patricias, pero el trastorno de bulimia nerviosa, tal como lo definimos actualmente, no está bien documentado en Roma. Anorexia y bulimia son los dos trastornos alimentarios calificados, junto al trastorno por atracones que espera para su calificación.

Si bien los trastornos de la conducta alimentaria pueden comenzar con preocupaciones con la comida y peso, son mucho más que solamente comida. La gente con estos trastornos utiliza la comida y su control buscando compensar sentimientos y emociones insoportables. La dieta rigurosa, el atracón y la purgación, pueden haber comenzado como una forma de manejar emociones dolorosas y controlar la propia vida, pero al final estos comportamientos dañan la salud física y emocional, la autoestima y la capacidad de control de las personas.

La distorsión de la imagen corporal, la preocupación por el peso corporal y la comida, determina en los pacientes una conducta polarizada en la comida, mediante su manipulación con patrones determinados por el miedo intenso a la ganancia de peso, cuyas consecuencias metabólicas ponen en peligro el equilibrio metabólico y alteran el endocrino. Ambos trastornos tienen mucho en común además de su dinámica psicológica, puede darse un desplazamiento desde anorexia a bulimia nerviosa, no es raro encontrar en la anorexia ataques de bulimia o sobreingesta y vómitos autoprovocados. A veces, nos resulta difícil saber si estamos frente a un caso de bulimia o anorexia.

Como es conocido, en la anorexia encontramos la manipulación de la comida para conseguir la pérdida de peso. Se busca la disminución de la ingesta total, empezando por excluir los alimentos con alto contenido calórico, continuando con dietas muy restringidas, limitadas a unos pocos alimentos, y se acompaña o prosigue con utilización de purgas, vómitos provocados y uso inadecuado de laxantes y diuréticos, o ejercicio excesivo.

La bulimia nerviosa es un trastorno en el que la conducta de atracones de comida es la conducta predominante, los atracones no son sino la ingestión de gran cantidad de comida de forma episódica, incontrolada y rápida en un corto período de tiempo.
La comida que se engulle en los atracones suele ser muy variada, pero lo más frecuente es que se trate de dulces, bombones, pasteles o alimentos de alto contenido calórico. Aun cuando los atracones se caracterizan más por una cantidad anormal de comida ingerida que por un ansia de comer un alimento determinado, como azucares. El problema es que los sujetos que padecen este trastorno se sienten avergonzados de su conducta e intentan ocultar los síntomas. Los atracones se realizan por lo normal a escondidas o lo más disimuladamente posible.

La existencia de factores corporales en la génesis de estos trastornos no puede ser obviada, pero la presencia de evidentes factores psicológicos y sociológicos hace de los mismos un ejemplo de sociopatía. Entre los primeros la baja autoestima, los sentimientos de insuficiencia o falta de control de su vida y síntomas tales como depresión, ansiedad, enojo y soledad son causa y efecto de los TCA. Pero lo que me importa destacar, como otros tantos virus amenazantes de la salud mental, son los factores sociales que producen Trastornos de la Conducta Alimentaria, y que se resumen en los patrones de belleza que inducen a mujeres y hombres a la delgadez, al poco peso y a las figuras semejantes a la anorexia, lo que se traduce en presiones culturales irresistibles que glorifican la “delgadez” y valoran los “cuerpos perfectos” identificados con los delgados. La responsabilidad de la moda, que valora a la gente por lo que aparenta físicamente y no por sus capacidades, como personas es lo que quiero destacar.

Tratamiento

Como en muchos otros trastornos mentales el primer paso es obtener la cooperación del paciente en el programa de tratamiento, condición esencial y excluyente. El tratamiento de los trastornos alimentarios requieren un esfuerzo multidisciplinar con presencia de internistas, psiquiatras y psicólogos, en el que han de estar presentes tanto los psicofármacos como los medicamentos para los desordenes metabólicos o endocrinos cuanto las terapias dinámicas, conductuales o cognitivas. Los pacientes anoréxicos más graves pueden presentar una dificultad extrema para el tratamiento médico y tienen que ser hospitalizados con controles diarios de peso, comida y de calorías consumidas.

Las recurrencias son la norma en estos trastornos, aunque del 80 al 90% responden favorablemente al tratamiento, bien de forma rápida o en el plazo de dos años, solo un 50% se recupera totalmente. La terapia conductual o cognitiva son muy efectivas aplicadas junto con en el tratamiento farmacológico (antidepresivos), que no resulta efectivo por si solo, sin aquellas.

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