Por favor, dedica unos segundos a mirar estas imágenes con atención.
Se trata del famoso cubo de Necker, ilusión óptica que debido a su perspectiva, axonométrica, genera una situación de ambigüedad en su interpretación. Es decir, como se ve en la primera imagen, una misma cosa se puede interpretar de dos formas distintas y ambas son validas a la vez. Para hacer algo más entretenido el ejercicio vamos añadir una imagen en movimiento en el cual aparece girando la silueta en tres dimensiones de una mujer (hacer click sobre la foto para que funcione) y os vamos a proponer la siguiente pregunta: ¿hacia dónde gira el cuerpo de la mujer, hacia la derecha o hacia la izquierda? Jugad con la imagen que la cosa es divertida pero cuidado los de fácil mareo que torres más grandes han potado.
LLegados a este punto, explicaros que de acuerdo a los expertos en psicología, los que en un principio hayáis visto a la chica girar hacia la derecha sois de mente intuitiva y matemática, y los de la izquierda sois artistas y creativos. Pero a lo que vamos, que esto no es el consultorio del cosmopolitan, el reto es que, con entrenamiento, se puede ver a la mujer girando indistintamente hacia la izquierda o hacia la derecha ya que el diseño se ha realizado con la misma perspectiva que el cubo de Necker. A lo mejor os cuesta un poco pillarlo como le pasaba al grandote de la película Mallrats en la que el personaje no conseguía ver un barco en uno de esos posters 3D que se pusieron de moda en los 90 y con los que, después de un rato bizco conseguías ver una imagen escondida detrás de una combinación de imágenes aparentemente sin sentido. Aquí está el link de youtube donde se explica todo. Para incondicionales, decir que aquí el actor grandote, Ethan Suplee, conoció a Jason Lee, protagonista, lo que posteriormente serviría para que ambos trabajasen en Me llamo Earl, que nos tiene flipados a todos. Es la mejor serie que hemos visto en muchos años y eso que también estamos engachados a House, Dexter y Shark, y aunque nos de cierta vergüenza decirlo, también a The Office (opinión exclusiva de Neti, por que el richi no lo soporta, aunque también dice que el otro día Berto no estuvo bien sustituyendo a Buenafuente y a mi sí que me gustó). Pero después de esta licencia sobre cultura basura que nos hemos tomado, vamos a la reflexión. Si habéis conseguido el reto de ver el cuerpo de la mujer girando a izquierda o a derecha indistintamente y si habéis llegado a controlarlo lo suficiente como para poder hacerlo girar a cada lado de forma intencionada y consciente, seguro que en alguno de esos momentos donde en vuestro cerebro un interruptor decidía en que posición ponerse de acuerdo a un montón de complejos estímulos habréis sentido una especie de vértigo, una sensación extraña en el estomago casi de mareo. Pues el cubo de Necker, o la perspectiva axonométrica, no deja de aparecer de forma constante en la práctica totalidad de los debates televisivos y no televisivos (aquí incluyo muchos foros y espacios de opinión pública en internet), que el tema a debatir no deja de ser presentado de forma dual. Nos explicamos: aborto sí, aborto no; negociación sí, negociación no; legislación penal restrictiva para malos conductores, sí o no; derechos de la mujer, sí o no, y así sucesivamente, hasta el infinito y de forma casi insoportable. Claro, llegados a este punto, y planteadas así las cosas, es más que probable que hasta el más fuerte psicológicamente de los seres humanos se vea ante un abismo, una especie de mareo muy parecido al que provoca el cubo de Necker. Si el ser humano se ve obligado a pensar en términos de todo o nada es muy probable que su brújula empiece a girar como si estuviéramos en el mismo centro del polo norte. Pero para demostrar que no somos gente necesariamente pesimista, queremos traer un soplo de esperanza. Pese a que en internet, es más que habitual encontrar constantes ejemplos de este problema, también es el único medio de comunicación donde se intenta poner remedio. Uno de los ejemplos paradigmáticos y seguramente más inteligentes es la Ley de Godwin que propone, no sin lógica, que a medida que una discusión en internet se alarga la probabilidad de que se mencione a Hitler o a los nazis tiende a uno. Incluso, parece haberse demostrado que eso ocurre antes de tres días, es decir, en un caso en el que dos posiciones estén enfrentadas sin posibilidad de acuerdo, alguno llamará al otro nazi o algo parecido. Mediante el enunciado de esta Ley se intento frenar esta práctica propia de trolls aunque no podemos decir que con éxito, aunque por lo menos se ha intentado. Es divertido leer la cantidad de corolarios nacidos a raiz de esta ley (ver el link de la Ley de Godwin). En todo caso, la idea viene a ser la misma que en el cubo de Necker, si a un ser humano no le permites más que dos salidas a su pensamiento, dos posiciones en el interruptor, ante temas tan amplios como puedan ser el aborto o cualquier otra expresión de nuestro complejo y multidimensional orden social lo más probable es que acabe llamando nazi a alguien o incluso a sí mismo. O de otra manera, si en las reglas del debate sitúas a dos bandos, uno que dice sí y otro que se opone apasionadamente, en uno pones a Ramoncín y a Javier Nart, en el otro a Miguel Angel Rodríguez (de este tipejo vamos a escribir un post pronto por que la cosa tiene su aquel) y a Nacho Vidal, lo más probable es que el daño sea irreparable y colectivo, algo así como cagar en un ventilador. Parece necesario extender la Ley de Godwin a las televisiones.
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1 comentario:
La neurociencia está dejando cada vez más claro que el cerebro es como cualquier otro órgano humano si bien de mayor complejidad. Todo llevará a situar los conceptos filosóficos, (alma,libre albredrío...) en su lugar y ayudar a comprender las paradojas que señalaís. ¡Ánimo, seguir por este camino! Otros seguiremos la senda trazad aunque sea más despacio y menos divertidamente.
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